A fines del año 2012, en la mar el CA Arturo Undurraga me pregunto, Daniel Malfanti, la factibilidad de bucear los restos náufragos de la Corbeta Esmeralda, le explique los detalles y el proyecto cultural en que me encontraba, "Rescate Fotogramétrico de la Corbeta Esmeralda", por lo cual si deseaba participar en el proyecto cultural era posible ir a ella. No se demoro ni un segundo y su respuesta fue un SI rotundo. En ese comienzo se unió su hermano Pablo Undurraga y posteriormente CA Felipe Huidobro. Es así que se dio comienzo a un duro entrenamiento, el cual comprendió enseñarles a bucear, desde los más básico a lo más complicado, el tiempo pasaba y todos los fines de semana significaban clases y agua.
Desde un escenario fácil a lo más complicado, comprender la teoría del buceo, sus riesgos, y llevar todo eso a lo práctico no fue un camino sencillo. Todos los fines de semana nos íbamos a las profundidades en busca de nuevas destrezas y con ello experiencias, basadas en el error y la corrección de ellos. Pues lograr el dominio de la flotabilidad neutra es un camino difícil y muchas veces áspero, más aún cuando se debe trabajar con mucho equipo y con ello incluir utilizar globos y carretel, los cuales bajo agua no son sencillos de usar.
Algo que en tierra puede ser muy cotidiano y fácil de desarrollar bajo agua y a profundidad se puede transformar en algo complejo e incluso imposible de realizar, así lo fueron comprobando con el paso de los días, y a medida que nos sumergíamos más y más. A lo anterior se sumaba el uso de mayor equipamiento, bibotellas, stage entre otras cosas.
A esto a medida que avanzábamos, los buceos se iban realizando en escenarios más complejos, y de preferencia similares y con mayor dificultad que los restos de la Corbeta "Esmeralda", para ello el Puerto de Valparaíso ofrece una gran variedad de posibilidades al poseer una cantidad de naufragios considerables, con una profundidad elevada que los transforma en naufragios profundos.
Por ello realizamos una serie de buceos de entrenamiento en ambientes de este tipo, lo cual permitió que el equipo de buzos lograra afiatarse correctamente en un ambiente de baja visibilidad y con corriente.
Después de haber finalizado todo el proceso de entrenamiento, que incluyo el Open Water, Advanced, Nitrox, Nitrox Advanced y Deep Diver de la IANTD, se dio inicio a la expedición.
El traslado del equipo implico llevarlo casi 2000 kilómetros al norte de Chile, cruzando el desierto. Una vez nos reunimos todos en Iquique, se iniciaron los tramites administrativos de rigor, para poder bucear en los restos de la Corbeta.
Ese día, amaneció con viento calma y muy asoleado, la mar estaba perfecta, una vez a bordo de un bote de goma iniciamos la navegación a la Corbeta. Mientras íbamos repasando el perfil de buceo y preparando el equipo a utilizar.
El resto del equipo se equipaba con sus bibotellas y stage, yo conectaba mi sidemount y los stage respectivos para las paradas de descompresión, y así transportar el gas necesario para el perfil de buceo.
Una vez equipados y chequeados los buzos fueron ingresando al agua, nos acompañaban unas pocas medusas, pareciera ser que son las guardianes de los restos. Habría que hacerles el quite para evitar su contacto y con ello los daños a la piel que producen, aunque uno va cubierta casi completo, estas con sus partes común mente pasan por la cara, inflamando los labios y otras partes.
Uno a uno fuimos ingresando al agua, ahí nos reuniríamos en la línea con la boya guía para descender sobre los restos náufragos.
Una vez nos chequeamos por ultima vez en superficie iniciamos el descenso por la línea guía, primero algo de luz y después nos acompañaría la oscuridad, la cual solo era aclarada por el foco especial que llevaba para esta situación.
Al ir descendiendo y marcando la ruta pude llegar a la hélice, quizás uno de los fragmentos mejor conservados del naufragio, debido a que conserva toda la maniobra de izado y elementos de ingeniería desde aquel Glorioso Combate un 21 de mayo de 1879, que la dejo en el fondo del mar junto a gran parte de su tripulación.
Una vez en el fondo la emoción de los hermanos, Arturo y Pablo fue increíble, estaban recorriendo sin duda los restos históricos más importantes de Chile, los cuales sin lugar a duda unen a toda la población. Mientras Luis Felipe observaba con calma las líneas de esta vieja Mancarrona.
El tiempo transcurrió muy rápido para algunos y otros más lento, pero la emoción que todos tenían se reflejaba en sus miradas, un año de entrenamiento había rendido sus frutos, debido a que pudieron observar el excelente estado de conservación de la Corbeta, ver sus detalles, los cuales son muchos al ser un buque híbrido de esa época, Vela y Vapor, mientras yo chequeaba la información para el proyecto cultural que haríamos a continuación.
El tiempo indicaba que el ascenso se debía iniciar, no sin antes efectuar la Parada Profunda, y posteriormente las series de Paradas de Descompresión.
Una vez concluidas las paradas, iniciamos el ascenso definitivo a superficie, el objetivo se había cumplido, se había chequeado los restos, se había buceado con seguridad, se habían visto los detalles más mínimos de los restos y todos estaban sanos y salvos en superficie.
Sin lugar a dudas el correcto y limpio desempeño de todos los buzos se debió a que siguieron con entusiasmo y dedicación un proceso de enseñanza que no se salto ninguna etapa, y que fue realizado el máximo de seriedad y responsabilidad. Sumergirse en el mar no es un juego, es riesgoso y peligroso, pero si se ejecuta una educación de calidad los riesgos disminuyen, nunca desaparecen.
Como planteo en el buceo seguro se debe pensar en un mesa de 5 patas, donde cada una de ellas son: la educación, el entrenamiento, el equipamiento, la experiencia y el manejo del estrés.
Les comparto un vídeo y fotos de un evento final de esta expedición.
saludos,
Daniel Malfanti / Tamarugodive
HTTP://WWW.TAMARUGODIVE.CL
1 comentario:
Muy buen trabajo., es imposible no recordar inmersiones realizadas tanto en La Esmeralda y en el Dresden. Felicitaciones y Saludos
Víctor Rojo B.
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