Desde hace años me he dedicado a ver como hacer para que mi hijo se motive con esta hermosa actividad subacuática, es así como de a poco lo he ido incentivando, ya sea con cursos de natación, vela, bodysurf, entre otros, nada de esto ha sido obligado o con una presión, pues sin duda eso podía provocar un rechazo a realizar el buceo.
Es por esto que en este último tiempo ya en forma seria le he comenzado a enseñar los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para que se desenvuelva bajo agua, junto a otros niños, lo que ha sido muy agradable y satisfactorio pues creo que el inicio de está aventura submarina ha sido muy útil para él, pues ha ido descubriendo un nuevo mundo y le ha dado la capacidad de conocer cosas nuevas e interesantes, y le permite madurar y adquirir una disciplina necesaria para la vida.
Para esto es importante considerar que la enseñanza debe ser hecha acorde a la edad de cada niño, pues los conocimientos que poseen no son necesariamente acordes para comprender todo lo que pasa bajo el mar, es por eso muy importante adaptarse a la realidad de cada niño.
A su vez el entrenamiento en piscina es fundamental, pues se les debe enseñar que el agua es su amiga, y que el desplazarse en ella requiere de técnicas adecuadas como también que un buzo debe ser en todo momento un hombre controlado el cual nunca entra en un estado de pánico, sin duda el mayor enemigo de un buzo.
Una vez que logre desarrollar esto, en un largo proceso del tiempo, he podido llevar a mi hijo a mi lado a recorrer dos hermosos naufragios que se encuentran hundidos en el lago Villarrica, al lado de la ciudad de Pucón, Chile, esto fue en un día nublado y con un poco de frío, pero con condiciones en el agua espectaculares en términos generales, lo que permitió desarrollar un buceo lleno de descubrimientos y con una paz y tranquilidad destacables.
Iniciamos la actividad ingresando por el club del Puerto del Estero, y de ahí con un rumbo general 260 nos dirigimos bajo agua hasta los naufragios, el trayecto fue muy cómodo, y como en ese sector la profundidad máxima no supera los 5 metros es sin duda un lugar ideal, es así que fuimos observando el entorno el cual posee mucha vegetación y restos de los bosques aledaños, hasta llegar a las boyas de amarre de unos yates, lugar desde el cual nos volvimos a posicionar para corregir el rumbo, a su vez verificamos que el bodyline, línea de seguridad entre mi hijo y yo, estuviera desenredada, de ahí llegamos a la costa desde donde debimos corregir nuevamente el rumbo, para finalmente después de unos 30 minutos arribar desde bajo el agua a los naufragios, estos son dos embarcaciones de madera que eran para transportar carga desde la ciudad de Villarrica a Pucón, mientras se hacía una línea de ferrocarril hacia esta zona, la data de las embarcaciones no la conozco pero sin duda tienen más de 50 años.
Las medidas aproximadas son 10 metros de eslora y 3 metros de manga.
Después de tomar fotografías del naufragio mi hijo y yo iniciamos el regreso bajo agua hasta el club, eso si en ese transcurso de tiempo el clima había empeorado y estaba lloviendo, pero sin viento, es así que después de un largo tiempo salimos a superficie, con el sabor de haber hecho una hermosa aventura junto a mi hijo.
saludos
Daniel
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