Al saber que en el buque que me encontraba tendría la oportunidad de ir a la mítica isla de Juan Fernández, en la cual se basa la historia de Robinson Crusoe, me dio la alegría de saber que tendría la ocasión de bucear en el SMS Dresden, único buque importante que me faltaba por bucear en Chile, y a la vez que entrañaba la nostalgia de ser un buque muy buceado por mi querido tío abuelo Víctor Bravo Monroy, sin duda una leyenda del buceo, mientras el vivía en la isla.
Es así que antes de llegar a la isla prepare el equipo pues tendría muy poco tiempo para hacerlo, debido a que solo estaríamos un día en la isla, y así al amanecer del día 9 de diciembre me levante muy temprano, pues ya habíamos programado ir a bucear con Eric Delgado a las 07:30, para bajar el equipo y embarcarlo en el bote.
Para este buceo efectuamos los cálculos correspondientes para ver si el equipo que llevábamos nos entregaría el gas que necesitábamos y a su vez determinamos utilizar mezcla de gases objeto efectuar un buceo más seguro, a la vez de considerar que nos manteníamos buceando en forma constante. Como tiempo de fondo consideramos 15 minutos, pues al profundidad del punto era de 57 metros según carta, y para el ascenso efectuamos una parada profunda a 36 metros las respectivas paradas de descompresión, y a los 6 y 4,5 metros utilizamos oxígeno al 100%.
Una vez fondeamos el muerto con la línea guía y la boya en el punto, comprobamos que la profundidad del sector era superior a 60 metros, por lo cual nos pusimos límite la profundidad los 60 metros. Ingresamos al agua a las 08:16, un agua cristalina y azulada y con una temperatura de 17º grados celcius, chequeandonos con Eric el equipo y una vez estuvimos listos iniciamos el descenso, el cual fue espectacular, a excepción de que en el perdí mi máquina
fotográfica, cuando íbamos en los 40 metros pudimos divisar un cambio en el color del agua en el fondo, y con ello distinguimos que aparecía ante nuestros ojos el glorioso SMS Dresden, tan esquivo para los buzos, una vez llegamos a la cubierta, en el sector del castillo pudimos ver que aún mantenía esa hermosa silueta que tenía al navegar, la cubierta mantenía esa maravillosa teca. Iniciamos el recorrido, por medio de un cabo guía pudiendo observar el buen estado de conservación de las cosas, en la banda de babor se podía ver como el puente de mando estaba caído, ya casi fuera del buque y apoyado en el costado de este.
Sobre la cubierta pudimos ver una gran cantidad de vida marina, langostas, brecas, etc., y restos de cosas propias del buque, es así que el tiempo nos dice que debemos iniciar el regreso, al hacer esto nos fuimos por el lado exterior de la banda de babor, y al llegar a la proa pudimos ver como la explosión de proa, causada por los propios tripulantes objeto hundir el buque, había abierto un gran forado en el costado, es así que Eric alumbra hacia adentro y con esto nos permite ver en el interior un espacio amplio lleno de vida marina, una maravilla, y es en eso que vemos una morena de gran tamaño que lo recorre en forma magistral, pareciendo resguardar en ese solitario paraje un buque lleno de leyenda.
Es así que iniciamos el ascenso a superficie, con la gran satisfacción de haber realizado uno de los buceos maravillosos de la vida.
saludos a todos los buzos y amantes del mar.
Daniel Malfanti